Se trata de aprovechar un ataque verbal de un
alumno al profesor más allá de la causa del mismo, para esta situación son
muy apropiados los papeles de alumnos que suelen tener enfrentamientos con todo
tipo de autoridad. Imaginemos la escena:
El
alumno se dirige al profesor subiendo su tono de voz, le recrimina una actitud
o decisión tomada por él. El maestro, con su objetivo claro y con mirada pura,
sin juicios, encarna el papel de autoritario, procurando excitar más al alumno.
Éste fácilmente puede llegar al insulto, el docente empieza a alejarse de él
sin dejar de mirarle, concentrándose no en juzgarle, sino en admirar el poder que
está expresando enfrentándose a la autoridad en clase. Ha de contemplar a su
alumno como un volcán en erupción en una isla, que es peligroso si estás cerca,
pero un bello espectáculo a la distancia apropiada, a salvo en un barco en el
mar desde el cual puede comprobar cómo la lava va aumentando el territorio de
la isla, engrandeciéndola. Justo esa “falta de territorio” es la que muchas
veces hace erupcionar a nuestros adolescentes, buscan un suelo propio, un
reconocimiento en este caso en clase.
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El "volcán" busca ampliar su territorio, el adolescente necesita su espacio
propio, sin los límites que el paternalismo pretende imponerle .... la lava encuentra en el enfado su salida. |
Encarnando,
de corazón, este sentir, el maestro deja que su alumno termine su erupción,
haberla consentido no ha sido una falta en absoluto de control, sino todo lo
contrario, la clase ha podido ver como el profesor permanece en todo momento en
su centro y contemplando serenamente lo ocurrido. Tras las últimas palabras del
alumno “insolente”, el maestro deja caer un silencio nutritivo que permita a
todos sentir lo vivido, a continuación desde la sinceridad de su corazón empieza a elogiar la valentía
del alumno, haciendo ver a todos los demás la fuerza que había en sus palabras,
cómo a diferencia de muchas persona que viven situaciones injustas y que sólo
saben encarnar el papel de víctima, criticando por lo bajo, él se ha enfrentado
de viva voz. En este punto puede incluso explicar alguna anécdota de personas
como Gandhi o Mandela que fueron capaces de enfrentarse a autoridades injustas.
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Al no saber encontrar el adolescente el reconocimiento en sí mismo, debido a no hallar el camino hacia la propia sabiduría de la adolescencia, suplica a la autoridad que lo haga por él, pero lo hace atacándola para disimular su propia impotencia y a la vez sentir su poder: es la contradicción típica del adolescente desempoderado. El educador despierto tiene entonces la oportunidad de ayudarle a conectar con su propia sabiduría. (En la imagen un fotograma de "Al este del Edén, con el siempre adolescente James Dean") |
Una vez el profesor ha terminado su discurso, ante una clase sorprendida ante
una lección tan inesperada, puede preguntar a su alumno cuál fue la causa de su
enfado. Es muy probable que éste no la recuerde o simplemente no le dé ninguna
importancia. El maestro ha logrado convertir lo que podría haber derivado en un
conflicto grave, con su correspondiente sanción, en una lección de vida, tan
sólo ha precisado entender la necesidad esencial que había detrás de la actitud
de su alumno, el desequilibrio
adolescente que estaba expresando, y saber que el don correspondiente de
la adolescencia es reconocerse como su propia autoridad.
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Nuestro adolescente desempoderado sigue vivo en nosotros esperando encontrar el camino hacia su reconocimiento |
Querido lector, ¡cuántas veces hemos presenciado situaciones similares fuera de la escuela, con personas "maduras"! Nuestro reconocimiento lo seguimos persiguiendo, nuestro adolescente desequilibrado vive en nosotros buscando su propia sabiduría. ¿Qué te parece reconocerlo en nuestro propio enfado o tal vez en el de los demás y sorprendernos a nosotros mismos con una inesperada respuesta, con una solución creativa a un problema muy común ...? Basta para empezar que estés alerta y que decidas no dramatizar la situación, observa hasta que te sientas preparado para esa respuesta creativa, ¡diviértete en el proceso para aligerar peso y no entrar en el drama, en la respuesta programada, robotizada ! ¿Qué te parece el reto ...? ¿Lo aceptas ... ?
Gracias Carlos. Me gusta leer esto. Hace dos días tuve reunión de padres y directores en la secundaria de mi hija mayor. Me desesperó. Las palabras control y límites parecían ser lo único importante. Intenté un par de veces plantear otro punto de vista: que teníamos que ayudar a nuestros hijos a desarrollar la confianza en sí mismos, a sentirse valiosos y felices, y a disfrutar de aprender...y que me parecía que eso no se lograba con control. Pero cayeron sobre mí comentarios del tipo "eso es una justificación de padres ausentes, padres cómodos que no quieren molestarse en controlar a sus hijos". Salí abatida. Sé que muchos padres no quieren que sus hijos "se junten" con mi hija porque piensan que es "mala influencia" (ella plantea siempre sus puntos de vista a los profesores e incluso sale en defensa de sus compañeros cuando entiende que hay una injusticia. Y esto generalmente la mete en problemas. A mí me gusta que lo haga y aunque llegue a casa con amonestaciones, no le pido que deje de hacerlo. Sé que es respetuosa al protestar - el propio director del instituto lo reconoce - y si es así, me parece bueno que se exprese libremente, incluso cuando el profesor o la profesora no puedan soportarlo y todo termine en una sanción). Pero me siento impotente ante el sistema.
ResponderEliminarTu libro "23 maestros" expresa las cosas que me vengo imaginando hace años. He llegado incluso a dictar clases enteras "mentalmente", imaginando las respuestas y preguntas de los alumnos, empezando simplemente por "A vos qué te gustaría aprender?"
Así que agradezco leerte, porque reconforta y porque confío en que se multiplicará esa visión, y si no son nuestros hijos, al menos nuestros nietos o bisnietos, disfrutarán mucho más de aprender y serán capaces de descubrir una vida mucho más linda (la vida ES maravillosa, pero parecería que hemos desarrollado la capacidad de esconderla a veces bajo muchas capas de franca estupidez).
Un abrazo.
PD: Y perdón por lo extenso del comentario. Estoy sensible con este tema.
Gracias por estas reflexiones.
ResponderEliminarInvitan a:
Escuchar más
Censurar menos
Respetar siempre
Hacer nuevas lecturas de las cosas
y valorar a las personas
Muchas gracias por compartir todo esto. Voy practicando cada día. He fallado en ocasiones pero lo tomo como una oportunidad para mi reflexión. Aunque me abruma a veces perder el centro y la oportunidad para ver a mi alumno adolescente desde otra perspectiva. ¡hay tanto por aprender!
ResponderEliminarEn la mediaciòn hay que dejar que las dos partes lleguen a un acuerdo ,para ello siempre habrà una parte que estè màs exaltada.Los adolecentes se hacen notar màs pero para ello deberemos escuchar y proponer soluciones . Y quelas dos partes salgan beneficiadas.
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